Carta a la Mujer Mapuche
Tejedora de sueños
Mujer Mapuche, mujer huitral, sencilla como la tierra misma, hechura de nativos sueños, piel madera, con su fuente de corteza firme, que nunca se desliza ni cae al vacio porque estas apoyada en los cuatro puntos cardinales. Toda vestida de templo, lienzo negro cubierto tu cuerpo, con estrellas de plaquitas de plata, tu aura de mujer ancestral. Toda tu figura conformada de ricas especies traídas de los bosques del sur del Arauco.
“Treng-Treng serpiente tan poderosa como la anterior y quien tenía dominio absoluto sobre la tierra, hizo crecer los cerros para que los mapuche se protegieran en ellos, mientras que Kai-Kaivilu hacia subir las aguas, más arriba subía el cerro, fue tanto lo que subieron las montañas que casi tocaron el sol. Los mapuches para no lastimarse del calor del sol y de la copiosa lluvia cubrían sus cabezas con cantaritos.
Los mapuches que cayeron al agua fueron convertidos por el Treng-Treng en peces o en piedras para que vivieran de otra forma y no se ahogasen.
Para calmar la furia de Kai-Kaivilu el mapuche hizo muchos sacrificios. Así el agua se calmo y la serpiente se hundió en el mar, de esta forma surgió nuevamente la vida en la tierra”
De ese cataclismo quedó conformada tu casa territorial, entre ríos: Maule, Itata, Biobío y rio Cruces, que formaron de frontera natural tus horizontes; con el melipal, sobre tu cabeza la Cruz del Sur.
Todos tus torzales son hechos de ñocha trenzada para mantener en firmeza a toda la familia, labor que te ha tocado desde que el cielo es cielo, asumir.
Tus manos siempre están con la vara de la cruzadilla, ordenando el cielo, el huerto y las tradiciones de tus ancestros.
Tus caminos son trasewitralwe, van serpenteando los pasos que tendrás que dar en la vida y dan la fortaleza para que el tejido sea armonioso entre tú espíritu, la madre tierra y tus hijos.
Mujer sol, doble estrella y vergel dentro del hogar, tejedora de sueños, descifradora de símbolos, orgullosa mujer mapuche, yendo contra todos los vientos de la violencia para vivir, canto y armonía a todos sus hijos en paz.
Mujer que grita en línea de tiempo, ser libre en su tierra ancestral, guardadora del oro custodiada del un toro rojo y un caballo negro. No más usurpadores, aguerrida.
Mujer machi, que vive en los bosques protegiendo a sus seres queridos de todos los desastres de las tinieblas, alejando a los malos espíritus.
Mujer hiladora e hilván de todos sueños en MAPUDUNGUN.
De tu encantamiento ha salido mi vergel, escrito para tu amada figura ancestral
Con toda mi admiración de tus lunas y estrellas
Dedicación en el BICENTENARIO DE CHILE
Patricia Araya
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